ALAN TURING: «EL ENIGMATEMÁTICO»

7jno

7 de junio…………………………….y entonces sucedió que……………………………

…conscientes los alemanes de la absoluta superioridad que ostentaba la Marina Real británica,  iniciada la guerra, en septiembre de 1939, el por aquel entonces almirante Erich Raeder, señalaba como prioridad máxima, la necesidad de “atacar las comunicaciones comerciales de los enemigos” solicitando un “mayor impulso en la construcción de submarinos”, ya que disponían de apenas dieciocho de estas naves (Unterseeboot o U-boote).

Con la ocupación alemana de Francia, en mayo de 1940, Gran Bretaña se quedaba sola. La única vía para abastecer las islas debía provenir, a partir de entonces, desde los Estados Unidos, que todavía permanecía neutral. Gran Bretaña necesitaba importar, cada semana, más de un millón de toneladas entre armamento y provisiones y los alemanes, sabedores de ello, centraron su atención en hacer todo lo posible para que aquellos convoyes no llegaran a buen puerto, dándose inicio a, la llamada por los británicos, “Batalla del Atlántico”.

Y aunque como medida de protección el Reino Unido recurrió a una vieja táctica que le había dado muy buenos resultados durante la Primera Guerra Mundial, protegiendo sus cargamentos con buques escolta, equipados ahora con sonar y cargas de profundidad, los U-Bootes, dirigidos por el almirante Dönitz, hundían, uno detrás de otro, aquellos convoyes, para desesperación británica.

Dispersos por todo el Atlántico, cuando un submarino alemán detectaba un carguero lo comunicaba inmediatamente al resto, utilizando para ello unos códigos encriptados que les permitía interceptar, por la noche, entre varios a la vez, al mismo buque, en una maniobra bautizada como «Rudeltaktik» (La táctica de la manada). En 1941 acabaron así hundiendo 461 cargamentos y al año siguiente, en 1942, más del cuádruple, 1941 cargueros, contando apenas con una cincuentena de submarinos.

Los códigos indescifrables por los aliados eran enviados por una máquina, la Enigma, verdadero quebradero de cabeza de la inteligencia naval británica y por ende, de todos los aliados. Un artilugio con la apariencia de una simple máquina de escribir pero, con un complejo mecanismo de funcionamiento, que empleaba cinco cilindros rotadores los cuales variaban cada vez que se apretaba cada una de sus teclas y que exigía, para poder ser sus mensajes descifrados, disponer de otra máquina igual en la recepción de los mismos, debiendo previamente saber la posición de los cilindros rotadores que, para complicarlo un poco más, variaba constantemente (al menos una vez cada mes), ofreciendo con ello mas de cien mil alfabetos disponibles diferentes, y permitiéndoles planificar, con el más absoluto secreto, ataques rápidos y coordinados.

Fue sin duda crucial y un golpe de suerte la captura del Unterseeboot 110, en el que a bordo se encontraría una gran cantidad de documentación valiosa y una máquina Enigma.

El gobierno británico condensó todo su esfuerzo en descifrar los códigos de la Enigma, concentrando, a 80 kilómetros al norte de Londres, a cuarenta y cinco minutos en tren, en Bletchley Park, un grupo de nueve mil especialistas en criptografía, de los que más del 80% eran personal femenino, dirigidos por un matemático brillante, Alan Turing, continuando así con los trabajos iniciados por el polaco Marian Rejewski.

 Alan Turing, Hugh Alexander, Stuart Milner-Barry, Gordon Welchman, Ann MitchellMavis Batey, Joan Clarke y Margaret Alice Rock, entre otros, trabajaron sin descanso, durante varios meses, hasta conseguir crear una máquina, la “Bomba” que para 1943 ya era capaz de descifrar cerca de noventa mil mensajes al mes.

Los expertos señalan que el descifrado supuso adelantar el final de la guerra en torno a dos años.

En 1945, al acabar la guerra, Alan Turing considerado un verdadero héroe nacional, recibía la Orden del Imperio Británico, reconociéndosele de esta forma sus notables logros y servicios prestados. Empezó a trabajar en el Laboratorio Nacional de Física, hasta acabar siendo nombrado director de computación de la Universidad de Mánchester, donde desarrollaría el software de uno de los primeros ordenadores reales: el Manchester Mark I, siendo considerado, sin duda alguna, el padre y precursor de la informática moderna. Todo le sonreía al bueno de Alan.

Siete años más tarde, en 1952, Turing acudía a la policía para denunciar un robo que se había producido en su casa. Sospechaba por la manera en la que habían accedido los ladrones al interior de su hogar que habían contado con la complicidad de quien era por aquel entonces su pareja, Arnold Murray, y así lo manifestaba en su denuncia.

Desde aquel mismo instante el robo quedaría relegado a un segundo plano, siendo acusado de “indecencia grave y perversión sexual”. En Gran Bretaña (hasta 1967) la homosexualidad estaba «prohibida por la ley». Fue juzgado y declarado culpable del delito de “atentado contra la moral pública”. Para evitar el ingreso en prisión el juez le otorgó la “gracia” (HQJ) de someterse a una castración química que le dejaría graves secuelas de las que nunca se recuperaría.

Tras dos años de menosprecio, despojado de todo honor y reconocimiento, señalado, vilipendiado, el 7 de junio, de un día como hoy, de 1954 (hace setenta años) Alan Turing, dos semanas antes de cumplir los cuarenta y dos años, se suicidaba. Su muerte se produjo al comer una manzana impregnada de cianuro. Su cuerpo era encontrado al día siguiente. En la mesa estaba aquella manzana con su mordedura (que según algunas leyendas urbanas, inspiraría a Rob Janoff para acabar diseñando el logo que Steve Jobs, por su gran admiración por Turing, adoptaría para Apple).

Tras algunos tímidos intentos por parte de los gobiernos británicos de disculparse públicamente por la “espantosa forma de haber sido tratado”, como diría el primer ministro Gordon Brown en 2009, no sería hasta 2013 (cincuenta y nueve años tarde) cuando la reina Isabel II, a iniciativa de su ministro de justicia, Chris Grayling, acabaría otorgándole el indulto hacia su persona.

En 2014 se estrenaba la película «Código Enigma” (The Imitation Game), dirigida por Morten Tyldum y protagonizada por Benedict Cumberbatch y Keira Knightley, que acabaría recibiendo ocho nominaciones para los Oscar y cuyo tráiler podemos ver en el siguiente enlace; https://youtu.be/zXKHGaRxQaE.

“El cerebro humano es algo parecido a una libreta que se adquiere en una papelería: muy poco mecanismo y muchas hojas en blanco (Alan Turing)”—.

….Y creo que los hay incluso, sin mecanismo alguno y con muchas más hojas en blanco de lo normal.

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