EL CASO «SLENDERMAN».-

17DICIEMBRE

17 de diciembre……………………………y entonces sucedió que………………
……………………durante la jornada de aquel miércoles día 17 de diciembre de 2014 el juez de la corte del condado de Waukesha en el estado de Wisconsin, determinaba, tras recibir las evaluaciones psicológicas pertinentes de las niñas, solicitadas por sus defensas, que ambas debían ser consideradas “mentalmente competentes” para ser juzgadas por el delito por el que se les acusaba de intento de homicidio en primer grado.
El juez Michael Bohren estudiados los preceptivos informes psicológicos presentados tanto por los peritos particulares, como por los aportados desde el centro psiquiátrico estatal de Oshkosh, lugar en el que desde el pasado mes de agosto una de las niñas se encontraba ingresada en observación, una vez las había considerado responsables de los hechos denunciados y con plena capacidad para entender el proceso que se les abría, tenía ahora que determinar, dada la pronta edad de las mismas, tan solo doce años, si debían ser estas juzgadas, por un tribunal de menores, o ser sometidas, a un proceso ordinario en un tribunal para adultos, ante la gravedad de los sucesos y del delito a considerar.
Los hechos, planeados con cinco meses de antelación, desde el mes de diciembre de 2013, tuvieron lugar durante la mañana del sábado día 31 de mayo, cuando las niñas Anissa Weier y Morgan Geyser, de doce años de edad, llevaron a su compañera de clase, de la escuela de secundaria de Horning, Payton Leutner, a la que llamaban “Bella”, hacia los bosques del parque David’s situado en la avenida de Garfield, de Waukesha, apuñalándola hasta en diecinueve ocasiones, con un pequeño cuchillo de cocina de hoja estrecha y puntiaguda, de aproximadamente unos diez centímetros, de los utilizados para cortar verduras, abandonándola a su suerte, al creerla muerta.
Morgan Geyser, a la que cariñosamente llamaban “Mogo” y Payton, “Bella”, habían sido amigas íntimas desde cuarto curso. Se llamaban por teléfono todas las noches para contarse sus cosas, sobre todo, temas relacionados con gatos, disfraces y Harry Potter (la obsesión de Mogo). A comienzos de curso del año anterior, al comenzar la secundaria, Morgan se había hecho amiga de una nueva alumna, Anissa Weier, un “bicho raro”, en opinión de algunas madres, obsesionada con un personaje de ficción llamado Slenderman (el hombre esbelto). Los profesores destacarían posteriormente en sus testimonios, en las sucesivas investigaciones llevadas a cabo por la policía, que “Bella” era la más sociable de las tres y que probablemente, las otras dos, con sus repetidas excentricidades, lo único que pretendían era llamar la atención (como el día que una de ellas trajo un martillo al colegio).
Slenderman, el personaje aludido, que dará nombre judicialmente a este caso, es un ser sin rostro que posee un cuerpo con brazos y piernas alargadas que induce a sus víctimas en un estado hipnótico, llevándoselas a una dimensión desconocida. Según le cuenta Anissa a su amiga Mogo, para impresionar a aquel monstruo y evitar que actúe contra sus familiares deben matar a la otra amiga, siendo esta la única vía para poder llegar a ser las servidoras de aquel ser maligno que con aquella acción, les permitiría probablemente, incluso vivir en su mansión, situada en el bosque nacional de Nicolet, al norte de Wisconsin.
Lo habían dispuesto todo para la misma noche del viernes 30 de mayo, coincidiendo con el decimosegundo cumpleaños de Morgan. Por la tarde, las tres niñas fueron a celebrarlo a la pista de patinaje cubierta del “Skateland” donde, desde las seis y media hasta las nueve de la noche, a ritmo de sus temas favoritos bailaron sobre las ruedas de sus patines, mientras comían pizza, perritos y la consabida tarta para celebrarlo. Morgan y Anissa se hacían gestos cómplices, mientras la otra niña permanecía ajena a lo que ambas tenían planeado.
Matt Geyser, el padre de la cumpleañera, fue el encargado de llevarlas y recogerlas, no percibiendo nada anómalo en el comportamiento de las niñas que le hiciera tener las más mínimas sospechas de lo que iba a acontecer. Durante la noche, a la hora de dormir, según confesión posterior de estas, tapándole la boca con cinta adhesiva para que los gritos de Bella no despertasen a los padres de Mogo, la matarían. Los planes previstos fueron variando sobre la marcha, posponiéndolo hasta el día siguiente, tal y como diría la niña que cumplía años, -“Quise así darle a Bella un día más-“.
Sería durante la mañana del sábado cuando en el aludido parque David’s, Morgan la acuchillaría en brazos, piernas, estómago y pecho, alcanzando órganos vitales como el hígado y los pulmones. Allí, agonizando, diciéndole que iban a buscar ayuda la dejaron, tapándola con unas hojas para que no la descubrieran. Bella, abandonada a su suerte, logrando dar unos primeros pasos, tambaleándose y posteriormente arrastrándose fue vista por un ciclista, Greg Steinberg que pasaba por aquella zona, del conocido como camino del Big Bend, siendo llevada de urgencia al hospital.
Mientras tanto, las otras dos niñas sin aparente rumbo fijo, deambularon por las vías del tren y los alrededores del cementerio. Morgan le diría a su amiga que tenía un mapa en la mente hacia donde tenían que dirigirse para encontrarse con el siniestro Slenderman, aunque posteriormente, en la confesión que Anissa daría a la policía diría que estaba convencida que su amiga no tenía ni idea de a dónde iban, siendo detenidas a las pocas horas.
Determinada por su señoría la responsabilidad penal de las niñas, acordaría en un auto posterior que los hechos descritos fueran oídos por un tribunal para adultos, en dos procesos separados, enfrentándose a penas de hasta sesenta años de prisión, sin duda alguna atenuados ambos al haber sobrevivido Payton Leutner al ataque de las mismas.
Con una expectación inusitada y la atención de toda la prensa especializada del país puesta en aquella pequeña localidad se emplazaron a las niñas a dos procesos, que serían celebrados en septiembre y octubre de 2017. Antes de iniciarse ambos, Anissa Weier, vertiendo toda la responsabilidad de la acción del delito en Morgan Geyser, se declaraba culpable de homicidio en segundo grado, con una pena algo menor que la prevista en un principio, pasando esta de los sesenta a diez años de prisión (con el previo visto bueno de la familia de la niña atacada). La sentencia dictada el 11 de septiembre de 2017, fijaba el cumplimiento de los diez años en lugar de en un centro penitenciario en uno especial de salud mental, donde en 2020 podría empezar a solicitar la libertad condicional.
Morgan Geyser, en octubre fue diagnosticada de padecer esquizofrenia por lo que de la misma manera y durante los próximos dos años tendrá que someterse a tratamiento en un hospital psiquiátrico, en el transcurso de los cuales se determinará su estado de salud mental  y su consiguiente destino final en este proceso.
Irene Taylor Brodsky, periodista y directora de cine, realizó un documental, con imágenes reales de lo acontecido, bajo el título “Beware The Slenderman” (Cuidado con Slenderman), estrenado recientemente en el canal HBO y que en el siguiente enlace podemos ver el tráiler del mismo; https://youtu.be/AQFCdrg1KL8.
El documental, además de narrar los acontecimientos del caso denuncia y pone el foco de atención en el peligro de internet y su uso por los más jóvenes, sin control alguno.

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