CRIMEN EN EL PANTANO DE SUSQUEDA

24AGT

24 de agosto………………..y entonces sucedió que…………………………

………………..se habían conocido en un curso de informática en el que Paula era la única chica de la clase, y aunque en un principio ella se sintió un poco incómoda por este hecho, encontró en Marc alguien con el que congenió rápidamente. Formaban, desde hacía cuatro años, una pareja perfecta, ella, encantadora y siempre sonriente, él, siempre dispuesto a ayudar a quien lo necesitase, de esos a los que llaman “noble de corazón”. Paula y Marc, “la Piua y el Putu”, que así era como cariñosamente les llamaban sus familiares y amigos, tenían muchas cosas en común, pero sobre todas ellas, una, su amor por la naturaleza.

Habían planeado pasar dos noches fuera, en una especie de mini vacaciones, durmiendo en el Opel Zafira azul oscuro del padre de Paula, matrícula 3834 BMC, colocando un colchón hinchable en la parte posterior del vehículo. Paula, que aquel miércoles 23 de agosto realizaba el turno de las ocho de la tarde hasta las doce de la noche, en el Carpi Pizza de Vilassar de Mar, donde trabajaba desde hacía seis meses, solicitó poder salir diez minutos antes para acudir a recoger a su novio. Se le veía radiante y feliz. Escribía en su diario, apenas unos días antes, -“con Marc, todo es perfecto. NINGUNA queja. Y sí, ahora sí que soy muy feliz. Me va todo genial. Vivo la vida como quiero, me veo capaz de todo”-.

Esa primera noche, la del miércoles, la pasaron enfrente del bar La Parada, ubicado en la zona del Pasteral a unos once kilómetros de distancia del pantano de Susqueda, en la provincia de Girona, en un trayecto de una duración aproximada de unos veinte minutos en coche, lugar en donde tenían previsto pasar el día siguiente, el jueves 24, en la conocida como la playa de la Rierica, navegando en el Kayak hinchable de Marc.

Sobre las nueve y media de la mañana el cajero de una sucursal de La Cellera de Ter registraba la presencia de ambos jóvenes que acudían a realizar un ingreso y retirar a su vez algo de efectivo. Desde aquella misma mañana del jueves 24 de agosto, de un día como hoy, de hace por tanto un año, nadie volvería a tener noticias de ellos. Los familiares y amigos extrañados al no poder contactar con la pareja, interpusieron una denuncia de su desaparición en la Oficina de Atención al Ciudadano ubicada en Premiá de Mar.

Pronto el operativo de los Mossos d’Esquadra desplegado por la zona recogía las primeras imágenes captadas desde una cámara de vigilancia de la entidad Fecsa Endesa y Ter Llobegrat del pantano, en el que se observaba circular el Opel Zafira de la pareja en dirección a Susqueda, sobre las diez y veinte de la mañana, pero de estos, en aquel paraje, no había rastro alguno. En las mismas grabaciones los Mossos observan la imagen de un todoterreno Land Rover Defender de color blanco, cuya matrícula 4660 CRN, determina ser el vehículo de uno de sus vecinos, viejo conocido de la zona, que solía acudir habitualmente al pantano, siendo aquel uno de sus lugares favoritos para la captura de carpas, salmones, siluros y truchas, identificado como Jordi Magentí Gamell, de 60 años de edad, vecino de la localidad de Anglés.

Tres días más tarde un grupo de jóvenes encontraban el Kayak de la pareja a la deriva medio deshinchado, con varias piedras en su interior en un claro intento por provocar su hundimiento. Al día siguiente, el lunes 28 de agosto, el Cuerpo de Bomberos de la Generalitat extraía el coche de los chicos que había sido localizado en el fondo de aquel embalse, descartándose de esta forma, la hipótesis barajada hasta el momento de una posible huida voluntaria, https://youtu.be/VD1j4LI_Y3s.

Las investigaciones realizadas por los Mossos, centran su atención en Jordi Magentí, aquel vecino de carácter irascible y enfurruñado que ya fue condenado a una pena de quince años de prisión (de los que acabaría cumpliendo doce) en sentencia dictada el 28 de febrero de 2000, por el asesinato de su anterior esposa, María José García, con quien estuvo casado dieciocho años y de la que en el momento de producirse los hechos llevaba separado ocho meses.

Según quedó constatado en el juicio realizado, el acusado aguardó a su ex mujer en su vehículo, aparcado cerca de una parada de autobús en la que ella descendía habitualmente para dirigirse a su domicilio, el mismo día en el que Pepi (que así era como la llamaban) cumplía los 37, el 4 de diciembre de 1997, descargándole tres tiros con una escopeta que aquel utilizaba para cazar jabalíes.

Cumplida su condena, en 2012, y al salir de la prisión de Quatre Camins, en la Roca del Vallés, decidió marcharse a Colombia. Allí, a los pocos meses volvía a enamorarse y contraer matrimonio con Nancy Londoño. Hacía un par de años que habían decidido regresar a la localidad gerundense de Anglés, en un principio a casa de la madre de Jordi Magentí, pero la tensa relación entre ambos propició que a los pocos meses el matrimonio se trasladara al número 1 del carrer Nou, a casa del hermano de la madre, de su tío Gaspar (Gaspar Gamell Freixas), un hombre de avanzada edad.

Magentí, negó a los investigadores de la UCPD de los Mossos (Unidad Central de Personas Desaparecidas) haber acudido aquel 24 de agosto al lugar de los hechos, si bien, según tenían por aquel entonces constancia, disponían de una imagen, captada el mismo día de autos, por una persona que se fotografiaba por aquellos parajes y en la que aparecía el Land Rover blanco del considerado ya como principal sospechoso de la desaparición de ambos jóvenes, que aumentaba el recelo de los investigadores, cuando al día siguiente de la localización del Opel Zafira en el interior del pantano, este adquiría un billete de avión para su mujer con destino a Colombia, en un viaje previsto para el día 5 de septiembre.

El martes 26 de septiembre, treinta y tres días después de haber sido declarada su desaparición, emergían desnudos, flotando en las aguas del pantano, los cuerpos sin vida de Paula Más Pruna de 21 años de edad y de su compañero sentimental Marc Hernández López de 23, presentando ella un orificio de entrada de un disparo en la cabeza y él, tres impactos de bala del mismo calibre, que según el informe forense determinaría, habían fallecido entre las once y veinte y las once y media de la mañana de aquel mismo jueves 24 de agosto.

Realizadas las pesquisas pertinentes y ante las incongruencias presentadas por el principal sospechoso, del que se sabe que quiso obtener un billete de avión para irse a Colombia a reunirse con su mujer, el titular del Juzgado de Instrucción número 2 de santa Coloma de Farners decretaba su ingreso en prisión comunicada y sin fianza el pasado 26 de febrero de 2018, de un juicio pendiente todavía de realizarse para averiguar la verdad de este crimen.

Como bien dijo el poeta Antonio Machado, -“¿Tu verdad?, no; la verdad. Y ven conmigo a buscarla. La tuya guárdatela”-.

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