LA MANADA

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5 de julio…………………………………y entonces sucedió que…………………..

……………………han quedado en “La Espuela”, la cervecería que hay al lado de casa de Anto (el guardia civil), en Pozoblanco, lugar en el que está destinado haciendo las prácticas y donde suelen verse últimamente. Hasta allí acuden en el coche de Alfonso “el Militar”, el Prenda, Jesús “el Peluquero” (primo de Anto), y Ángel Boza, que quiere ser un integrante más de la “Manada”, para preparar las vacaciones de verano visitando, entre otras, Barcelona, San Sebastián y acabar en los Sanfermines de Pamplona, “dos semanas de locura y desenfreno”, en palabras de los allí presentes, un viaje del que quieren no olvidarse jamás.

Se conocen de toda la vida. Se han criado en el mismo barrio de Sevilla, donde viven muy cerca los unos de los otros, entre “Los Arcos y el Parque de Amate”, además de ser seguidores del mismo equipo de fútbol, el Sevilla FC de sus amores.

Todos (excepto Ángel) forman parte de un grupo de WhatsApp, con otros amigos, al que llaman “The Manada”. Alguno de ellos, llevan tatuajes que hacen alusión a esta, como Jesús Escudero, el “Peluquero”, que luce uno en el costado derecho de su torso simulando la huella de un lobo, o Alfonso Jesús Cabezuelo, «el Militar» perteneciente a  la Unidad Militar de Emergencias (UME) destinado en Morón de la Frontera, que porta en su pie derecho la cabeza de uno de estos mamíferos aullando con la frase impresa “-El poder del lobo reside en la manada”-.

Antonio Manuel Guerrero, “el guardia civil”, le dice a Ángel Boza que las vacaciones de verano “son la prueba de fuego que necesita para ser un lobo”, y lo hace en un chat que han formado exclusivamente los cinco miembros que van a acudir a Pamplona al que ponen por nombre “Veranito”. Es en este mismo grupo, en el que Boza pregunta al resto la posibilidad de procurarse reinoles o burundanga, y el guardia civil de “llevar la pistola porque no quiere mamoneos”, -“y cuando estemos borrachos- dice -se saca la pistola”-. Todo en un tono distendido y jocoso.

Juntos se animan, se incitan unos a otros, se crecen, se sienten poderosos, y desde el año pasado, con el ingreso en la Benemérita de Anto, con su placa y los beneficios que esta conlleva, se creen invulnerables. Cuentan, una y otra vez, como si de una anécdota divertida se tratara, en las fiestas del pasado mes de mayo en Torreblanca, haciendo uso de la placa como les confiscaban la coca a “unos notas”  para consumirla después, sin ser del todo conscientes u obviándolo, constituir aquello un delito de usurpación castigado con penas de prisión de uno a tres años.

El 5 de julio, de un día como hoy, de 2016, Alfonso “el militar” envía un mensaje de voz al chat de la Manada señalando su predisposición para mantener relaciones sexuales, los cinco a la vez, “con una buena gorda” durante los Sanfermines que están a punto de comenzar, llegándolo a considerar incluso como un acontecimiento que califica de  “apoteósico”, para indicar preferir dicha situación antes de estar él solo con “un pepino de tía” (un audio que desvelaría el programa de Ana Rosa y que podemos escuchar en este enlace; https://youtu.be/w0tYrIKSvJk).

El miércoles 6 de julio los cinco llegan a Pamplona, aparcando el Fiat Bravo en el que viajan en la calle Doctor Simón Blasco, en el barrio de San Jorge, dejando constancia de su presencia subiendo al grupo en ese instante una foto desde la calle Zapatería. El Caly, Luisda y Jairo que se han quedado en Sevilla contestan –“No abuséis de las chavalitas”-, y alguien lanza en el chat una frase que resultaría premonitoria, -“Ángel, disfruta ahora que en la celda te acordarás de estos ratillos”-.

Por la noche se dirigen a la plaza del Castillo al concierto de la Orquesta Vulkano. Allí, también acude “Ella” (E.P.S.T) una estudiante de primer curso de Ingeniería Química de Madrid, de dieciocho años, que ha ido a Pamplona acompañada de un amigo. Está sentada sola en uno de los bancos de la plaza ya que ha perdido de vista al grupo de amigos que acaba de conocer procedentes de Palencia y Castellón. Junto a ella, a su lado se encuentra José Ángel, “el Prenda”, que comienza a hablarle, uniéndose poco después a la conversación Ángel Boza y los otros tres miembros. Todos se muestran agradables, con esa simpatía que les caracteriza.

Sobre las tres de la mañana, “Ella” llama a su amigo desde su móvil para ver que está haciendo. Aquel le contesta que ha ido a por unos bocadillos, así que esta le dice que se va al coche a echarse un rato y que se verían por la mañana en los encierros, sin concretar más detalles. Tiene el vehículo estacionado en el Soto de Lezkairu, a unos veinticinco minutos andando de allí. El “Prenda” y el resto se ofrecen a acompañarla.

Pasan por el bar Txoko, subiendo por Espoz y Mina dirigiéndose hacia la calle Amaya. A la altura del número 11 de Espoz y Mina, en el Hotel Europa uno de los integrantes del grupo se acerca al portero para preguntarle si tiene disponible alguna habitación “para follar”, remitiéndoles este al Leyre (en una posterior investigación, el portero al ser preguntado, afirmará que la chica no estaba cerca cuando aquel se interesaba por una habitación). En el Leyre, a unos trescientos cincuenta metros, se acercan dos de ellos, siendo la respuesta la misma, no hay habitaciones.

Es entonces cuando el “Prenda” al ver entrar una vecina en el portal del número 5 de la calle Paulino Caballero, fingiendo estar alojado en el edificio, accede al interior del mismo subiendo en el ascensor hasta el segundo piso, bajando al referido portal, tras la maniobra de distracción, para abrir esta al resto del grupo, que se encuentra fuera, en esos momento el Boza, está besándose con la chica.

La joven es agarrada por las muñecas e introducida en el patio de aquella finca, según ella para fumar un porro, según ellos, para mantener relaciones sexuales consentidas, suscitándose una de las controversias judiciales más polémicas de los últimos tiempos, siendo penetrada bucalmente por todos ellos, vaginalmente por Cabezuelo y el Prenda y por vía anal por Escudero, sin utilizar preservativo. Mientras, Guerrero, el guardia civil graba con su móvil, sin consentimiento de la víctima, seis videos con una duración total de casi un minuto, así como su primo, “el peluquero”, que hace otro de treinta y nueve segundos. Anto, el guardia civil, tras extraer del Samsung Galaxy de la joven las tarjetas, que arroja por el patio, se queda con este.

De allí salen escalonadamente. Primero Boza, después poco a poco cada uno de ellos dejándola a ella sola (algo que sorprende con la actitud de quienes afirman mantener de común acuerdo relaciones consentidas) dirigiéndose sin prisa hacia el “Monumento al Encierro”, de la avenida Roncesvalles. La joven, desorientada y sin móvil rompe a llorar sentada en un banco de la misma travesía, momento en el que es vista por una pareja que se interesa por su situación, llamando al 112 de emergencias.

A las siete menos diez de la mañana, el Prenda, remitía al grupo la Manada y a otro llamado Disfrutones SFC el siguiente mensaje; -“Follándonos a una los cinco. Lo que cuente es poco. Hay video. Puta pasada de viaje”-

En sentencia judicial dictada por la Audiencia Provincial de Navarra con fecha de 20 de marzo de 2018, habiendo permanecido desde los hechos descritos los detenidos  en prisión provisional, condenaba a estos (con el voto particular discrepante de uno de los tres magistrados) a una pena de 9 años por un delito de “abuso” y no de agresión sexual.

En la misma declaran los magistrados que la joven sintió intenso agobio y desasosiego que le haría adoptar una actitud de sometimiento, realizando aquello que le decían que hiciera, manteniendo los ojos cerrados, pero no dándose intimidación por parte de los acusados.

Sentencia ratificada posteriormente por el Tribunal Superior de Justicia de Navarra, pero con un cambio sustancial con respecto al criterio de la Audiencia Provincial y es que en esta ocasión dos de los cinco magistrados discrepan al entender que sí que hubo agresión sexual al mediar intimidación.

La sala de lo Penal del Tribunal Supremo, recientemente con fecha de 21 de junio de 2019 ha dictado sentencia. El alto tribunal sin embargo entiende que la situación producida es por sí misma intimidante, que la víctima en ningún momento consiente los actos sexuales por lo que califica los hechos de violación y no de abuso, aumentando la pena impuesta de prisión de nueve a quince años ordenando el ingreso en prisión de todos ellos para su cumplimiento efectivo.

Lamentablemente no ha sido este el único acto protagonizado por otras manadas que en diferentes puntos de la geografía española han protagonizado estos delitos, como en Mataró (Barcelona) en el que tres jóvenes en noviembre de 2016 eran detenidos por violar a una chica de 17 años; septiembre de 2017 Cádiz, detenidos seis menores de un centro de acogida de inmigrantes por abusar de dos niñas de 12 años; Octubre de 2017 Mogán (Gran Canaria) detenidos por violar a una turista danesa una banda de cuatro; Marzo de 2018 Alicante, en el que eran detenidos diez miembros de una banda juvenil por violar a tres chicas fugadas de un centro de menores, Manresa (Barcelona) siete acusados de violar a una chica de 14 años.

 En ninguna de estas violaciones se han dado manifestaciones masivas o de rechazo multitudinario como el que tuvieron los integrantes de la manada. ¿Por qué?.

Sin embargo, en todos ellos la víctima respondía a las mismas siglas que la joven de Pamplona, EPST, ¿sus nombres?.. Ella Podrías Ser .

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