27 de septiembre…………….y entonces sucedió que………………………..

 …………………regresan por carretera desde la ciudad sueca de Estocolmo, de donde vienen de dar un concierto, promocionando el que es, hasta la fecha, su tercer álbum discográfico que lleva por título “Master of Puppets” (Maestro de las marionetas) que había visto la luz el pasado mes de marzo, dirigiéndose hacia Copenhague, la capital de Dinamarca, a unos 650 kilómetros de distancia de un trayecto que quieren realizar en autobús aquella misma noche.

Vienen satisfechos. Ha sido en líneas generales una gran noche, nada que ver con aquel decepcionante primer concierto que el conjunto daba el 14 marzo de 1982 en Radio City, cuando junto a los fundadores del grupo Lars Ulrich y James Hetfield formaban parte de la banda el bajista Ron Mcgovney (creador del logo, sustituido en 1982 por Cliff Burton) y Dave Mustaine (expulsado al año siguiente y reemplazado por Kirk Hammett).

Se habían despedido, aquel viernes 26 de septiembre de 1986 de Estocolmo, con un sensacional solo de Cliff Burton y unas palabras de un jubiloso James Hetfield que tras dos meses sin haber podido tocar la guitarra, al haberse roto el brazo al caerse de un monopatín, esa misma noche había podido volver a hacerlo sin resentirse, dando las gracias al público asistente -“esperando regresar muy pronto”-.

Durante el trayecto en carretera Lars Ulrich les habla de lo emocionado que se siente de poder volver a su Dinamarca natal, y poder visitar con ellos Gentofte, a tan solo once kilómetros de Copenhague, localidad que le vio crecer hasta cumplir los dieciséis años, en donde dio sus primeros pasos en el mundo del tenis, al ser hijo del tenista profesional Torben Ulrich, antes de dedicarse a tocar la batería, su verdadera vocación.

Beben, ríen, recuerdan mil anécdotas vividas juntos, como aquella en la que Lars y James escucharon por primera vez en aquel club nocturno de Los Ángeles, el “Whisky A Go Go”, tocar el bajo a Cliff creyendo que este tocaba una guitarra y lo mucho que les costó convencerle para que dejara su grupo de entonces, “Trauma”.

El tedio va haciendo mella entre sus miembros, mientras recorren aquella carretera de la E4 atravesando las localidades de Ödeshög, Gränna y Vaggeryd. Lars y James se han quedado dormidos, mientras que Cliff y Kirk Hammett se entretienen un rato más jugando a las cartas.

Cliff no quiere acostarse todavía, la litera que le ha tocado no le gusta nada, no como la de Kirk, que al parecer es, a su juicio, mucho mejor que la suya. Por lo que propone para finalizar el juego de cartas, que quien saque la carta más alta pueda elegir litera. A Kirk le parece bien la propuesta, extrayendo cada uno un naipe de la baraja, siendo la más alta el As de espadas de Cliff Burton, que elige la litera de arriba, la de Kirk. –“Así son los juegos de azar, amigo, unas veces se gana y otras se pierde-“, le dice, sin ser consciente del infortunio que aquella decisión le va a suponer.

Circulando entre las localidades de Ljunby y Värnamo cuando el reloj marca las cinco y cuarto de la mañana, de un 27 de septiembre, de un día como hoy, de hace treinta y tres años, los ocupantes del autobús sobresaltados se despiertan ante el estruendoso y peculiar sonido que emiten los neumáticos al frenar bruscamente en el asfalto de la carretera acompañado del inestable movimiento que prosigue a la pérdida de control del vehículo por parte de su conductor, que intentando corregir la trazada del mismo se ve obligado a realizar una serie de maniobras súbitas que zarandean aún más si cabe el interior de su habitáculo, empezando a dar vueltas sobre sí mismo, saliéndose de la calzada sobre la que transita, despidiendo a algunos de sus ocupantes de su interior como consecuencia del mismo, a un exterior que roza, a esas horas, los diez grados bajo cero, quedando el autocar tumbado sobre uno de sus laterales.

Kirk y James en estado de shock a pesar de las gélidas temperaturas en ropa interior sobresaltados gritan y piden al conductor explicaciones de lo sucedido, que aturdido no es capaz de determinar la causa del accidente, creyendo haber colisionado contra un bloque de hielo negro cuyo impacto le ha hecho perder el control del mismo. Entre la confusión reinante, alguien divisa los pies de Cliff Burton que asoman por debajo del vehículo, al parecer al salir despedido del mismo en uno de los giros que el autobús ha dado sobre sí mismo, quedando atrapado bajo aquel amasijo de hierros.

En un intento desesperado por liberarlo, creyendo que todavía se encuentra con vida, tratando de elevar el vehículo, este vuelve a caer encima del cuerpo de Cliff, siendo este segundo impacto (a juicio de algunos de los miembros de la banda) el que definitivamente acaba con su vida.

Clifford Lee Burton es dado por muerto ese mismo 27 de septiembre de 1986. Tiene 24 años de edad. El resto de los componentes del grupo anuncian la suspensión de la gira para regresar a los Estados Unidos en donde diez días más tarde, el martes 7 de octubre acuden a la incineración y sepultura del cuerpo del bajista en Castro Valley en California.

Lars, James y Kirk comunican su intención de retirarse y disolver la banda, aunque tras hablar con la familia del fallecido deciden regresar a los escenarios, seis semanas más tarde, reclutando para ello al bajista Jason Newsted.

Seleccionado como uno de los mejores diez bajistas de todos los tiempos Cliff Burton acabará siendo incluido a título póstumo en el Salón de la Fama del Rock & Roll el 4 de abril de 2009, veintitrés años más tarde de este triste suceso, en el que parece que quiso la mala suerte vengar la aparente buena suerte conquistada por el As de espadas.

Ya lo dijo el dramaturgo griego Esquilo de Eulises al hablar del destino; -» Ni aún permaneciendo sentado junto al fuego de su hogar, puede el hombre escapar a la sentencia de su destino»-.