28 de febrero…………………….y entonces sucedió que………………………………
……………………una mañana de agosto de 2018 ingresaba de urgencia en el Hospital Universitario de Keio, en Tokio, Japón, una mujer embarazada de tan solo 24 semanas de gestación. El doctor, encargado de asistirla, Takeshi Arimitsu, del Departamento de Pediatría, auxiliado por el Departamento de Obstetricia y Ginecología decidía realizar un parto prematuro, mediante cesárea, tratando de salvaguardar, con esta medida, la vida tanto del bebé como de la madre, al observar que el feto había dejado de crecer en el interior del útero.
La mayoría de los partos se producen “a término”, entre la semana trigésimo séptima y la cuadragésimo segunda de gestación (37-42) con un peso aproximado, dependiendo si es niño o niña que suele oscilar entre los 2,500 a los 4,500 kg. Aquel parto que tiene lugar antes de dicho plazo previsto se llama pretérmino o prematuro, necesitando más cuidados especiales al estar expuestos los recién nacidos a mayores complicaciones e inconvenientes.
Ante las dificultades propias de este tipo de intervenciones, adelantándose cerca de un mínimo de trece semanas al parto, el llevado a cabo durante aquella mañana de agosto fue considerado todo un éxito, al nacer sano y salvo un pequeño varón de 268 gramos de peso, siendo desde aquel mismo momento considerado el recién nacido de sexo masculino, más pequeño en el mundo en sobrevivir a un parto prematuro. Era tan pequeño que cabía entre dos manos entrelazadas.
Nueve años antes había nacido en Alemania el que hasta entonces era considerado el niño prematuro más pequeño del que se tenía constancia, que había dado al nacer un peso de 274 gramos, seis gramos más que este pequeño japonés.
En cuanto a las niñas, hasta el mes de mayo de 2019, la más pequeña en venir al mundo con apenas 252 gramos de peso, también en Alemania, era reemplazada por el nacimiento de una niña que había tenido lugar en San Diego, California, de tan solo veintitrés semanas y tres días de gestación y un peso de unos exiguos 245 gramos y 23 centímetros de altura, a la que pusieron de nombre Saybie.
El pequeño nipón fue llevado rápidamente a cuidados intensivos para neonatos donde a partir de aquel instante lucharía, día a día, aferrándose a la vida, siendo considerado todo un milagro por parte del equipo médico que había sido puesto a su disposición. Nadie en un principio apostaba por aquel pequeño guerrero que tras cinco largos meses, el miércoles 20 de febrero de 2019, dando un peso de 3,238 kg abandonaba aquella unidad de cuidados intensivos pasando a planta, durante una semana, en la que acabaría siendo dado de alta el día 27 de febrero.
El 28 de febrero de un día como hoy, de hace un año, el bautizado por el equipo que le atendió como “el niño milagro”, dormía plácidamente, por primera vez en su vida, en su casa fuera de aquel hospital de keio y de todo peligro.
A pesar de las grandes dificultades a las que tienen que hacer frente las personas que han nacido prematuramente, a lo largo de la historia ha habido ilustres personajes que nacieron antes de tiempo, como Voltaire, en 1694, principal representante de la ilustración, al que no le dieron más de una hora de existencia tras aquel parto y que acabaría viviendo hasta el año 1788, cerca de cumplir los ochenta y cuatro años, o el naturalista Charles Darwin, autor de la Teoría de la Evolución de las especies, Renoir el pintor del impresionismo que fallecería a los setenta y ocho años de edad, Winston Churchill, primer ministro del Reino Unido, que lo hacía dos meses antes de lo previsto, y fallecía noventa años más tarde, o Albert Einstein que llamaba la atención de sus padres, Hermann y Pauline, al presentar una cabeza desproporcionada, en comparación con el resto del cuerpo, que tardaría en hablar hasta haber cumplido los tres años y que sin embargo acabaría siendo nombrado Premio Nobel de Física en 1921.
Otras personalidades históricas prematuras, fueron la bailarina Paulova, el emperador francés Bonaparte, o el pintor malagueño Pablo Picasso cuyo parto se complicaría de tal modo que la misma comadrona, creyéndolo muerto, lo dejaba encima de una mesa para pasar a ocuparse de su madre, María Picasso.
Y fue precisamente en Málaga, el 31 de enero de 2019, donde tuvo lugar otro caso de parto prematuro, en la vigésimo tercera semana de gestación, de dos niños gemelos que al nacer daban un peso de 510 gramos, Manuel y Emilio. Manuel fallecía a los tres días y a Emilio no le auguraban un futuro mejor. Pero este bravo guerrero luchador se aferró igualmente a la vida superando todos los obstáculos que se le presentaron.
Sus padres, Rocío Matías y Emilio Aguilar recibieron toda la ayuda del equipo médico del Hospital Materno Infantil de Málaga, con la doctora María del Mar Serrano al frente, recibiendo el alta tras cuatro meses en la unidad de cuidados intensivos, y al que para referirse a él, todo el hospital lo acabaría conociendo como “Emilín, el guerrero”.
Niños guerreros y luchadores, bebés milagro, como la vida misma, que es en sí misma todo un milagro. Y es precisamente –“Esa voluntad de creer que la vida es un milagro lo que permite que los milagros ocurran” – [Paulo Coelho].