29 de mayo……………………..y entonces sucedió que…………………………….
………….aunque Charles Dickinson, abogado de profesión, se ganaba la vida como picapleitos, llevaba a sus espaldas veintiséis duelos, de los llamados de honor, en los que dejaba bien claro su carácter temperamental, pendenciero, camorrista y bravucón. Se le daba tan bien aquello de desenfundar un arma como el sacar la lengua a pasear con cierta celeridad, saliendo victorioso en cada uno de aquellos desafíos en los que se había visto involucrado hasta la fecha, dándole aquello cierto prestigio a la hora de ser retado, ante el temor que aquellas veintiséis muescas, en el cinturón del susodicho, infundían.