EL EXITOSO CLUB DE LOS «RECHAZADOS»

enero21

1 de enero……………………….y entonces sucedió que………………………………….

…………ha perdido ya la cuenta de la cantidad de clientes que durante toda la semana, al entrar en la tienda que tiene en Great Charlotte Street, le han preguntado por ese mismo grupo de música, con ese nombre que le parece tan estúpido, y que al parecer tocan todas las tardes, desde el pasado mes de febrero, en el pub “The Cavern”, a la vuelta de la esquina, en el 10 de la calle Mathew. ¿The Beatles?, ¿eso qué es?, ¿escarabajos con ritmo?, se pregunta, mientras les “augura”, con un nombre así, muy poco éxito.

El jueves 9 de noviembre acompañado por Alistair Taylor, que trabaja con él en la tienda, movido más por la curiosidad que por otra causa, decide acudir al citado local para verlos actuar en directo. Conoce de vista a dos de ellos, a John y Paul que suelen acercarse, por la tienda de discos que regenta, donde acostumbran, a veces, a pasar horas echando un vistazo a la gran cantidad de vinilos que tiene.

Aquella actuación no le dejará en modo alguno indiferente, quedando tan gratamente impresionado por su música, su ritmo, desparpajo, soltura y simpatía que un mes más tarde, el 10 de diciembre de ese mismo año de 1961, Brian Epstein oficialmente se convertiría en el manager de aquel grupo llamado a hacer historia.

Epstein convencido del potencial musical de los chicos comenzó a moverse con celeridad visitando a las principales compañías discográficas de todo el país intentando conseguir para el grupo una maqueta de grabación, pero la mayoría de estas, como la Pye de Cambridge, la Philips Records, Oriole o la Columbia fueron declinando, una tras otra, su colaboración u ofrecimiento hacia aquellos cuatro músicos desconocidos.

Tras muchas idas y venidas, Epstein consigue una prueba con la compañía Decca Records en cuyos estudios de grabación, ubicados al noroeste de Londres, en West Hampstead, en el distrito de Camden, concierta una audición con su productor Dick Rowe, para el primer día del mes de enero, de un día como hoy, de 1962.

Para no tener contratiempo alguno, Paul McCartney, John Lennon, George Harrison y Pete Best (por aquel entonces batería del grupo) decidían partir desde Liverpool el día anterior, domingo 31 de diciembre y pasar aquella Nochevieja, de 1961, en Londres. A las doce del mediodía a bordo de una vieja y destartalada furgoneta Commer de color granate, comprada en el mes de febrero pasado, por Neil Aspinall (que había sido compañero en el colegio de Harrison y McCartney) y que hacía las veces de chófer de la banda (oficialmente nombrado ”asistente personal de carretera”), partían rumbo hacía la capital londinense en un viaje en el que tardaron casi diez horas, más del doble de las cuatro horas y cuarto inicialmente previstas en recorrer los trescientos cincuenta kilómetros que separan ambas ciudades.

Al día siguiente, el lunes 1 de enero, a las once en punto de la mañana en los estudios de la Decca, hacían aquella prueba tocando durante algo menos de una hora, junto a otro grupo londinense, “The Tremeloes”, en presencia del ayudante de Dick Rowe, el productor y caza talentos Mike Smith, quien se personaba tarde a la mencionada audición consecuencia de una despedida de año que se había prolongado más allá de lo razonable. Les dio tiempo a interpretar quince de sus canciones previamente seleccionadas por el propio Epstein.

Semanas más tarde, en uno de los considerados errores más descomunales de la historia de la música, Decca comunicaba su negativa a los Beatles para dar una oportunidad al otro conjunto, The Tremeloes, argumentando para ello que los grupos de guitarra eléctrica tenían poco porvenir, aconsejando incluso a Brian Epstein, buscar otros talentos musicales pues “estos chicos no tienen nada que hacer en el mundo del espectáculo”. En septiembre de ese mismo año, los Beatles grababan su primer disco con EMI, “Love me do”, el primero de muchísimos de sus grandes éxitos.

Cuentan que pocos años después el mismo Dick Rowe contrataría casi con los ojos cerrados y sin hacer demasiadas preguntas a un grupo que venía recomendado por George Harrison, llamados “The Rolling Stones”.

No son obviamente Los Beatles los primeros que forman parte de este selecto grupo de “rechazados exitosos”, es decir, de aquellos que siendo desestimados en algún campo artístico o profesional han acabado triunfando con rotundidad.

En 1860, después de ocho derrotas electorales, a sus cincuenta y un años, Abraham Lincoln era elegido como el decimosexto presidente de los Estados Unidos de América. Su lema y lección de vida -“no le temas al fracaso, que no te hará más débil, sino más fuerte”-.

El mismo Albert Einstein, considerado por muchos como un genio, vería como su profesor de física, Weber, rechazaba hasta en tres ocasiones su tesis, en una de ellas incluso alegando la mala calidad del papel en el que estaba desarrollada esta.

Para poder fabricar su primera bombilla Edison realizó más de mil intentos, todos ellos considerados rotundos fracasos, excepto para él mismo, que lejos de desanimarse en aquellos tres años, vio en cada uno de aquellos intentos, una manera diferente de «como no hacer una bombilla».

Un informe de una prueba cinematográfica de la RKO decía de uno de los aspirantes, “No sabe cantar, ni bailar y tiene demasiadas entradas”. El aludido actor, Fred Astaire acabaría siendo considerado uno de los mejores bailarines de todos los tiempos llegando a revolucionar la gran pantalla con el género de las películas musicales.

En 1919, a sus dieciocho años Walt Disney era despedido del periódico “Kansas City Star”, en el que trabajaba, por su director alegando que su editor decía de aquel joven “carecer del don de la imaginación”.

El prolífico escritor estadounidense Stephen King, vería su novela “Carrie” rechazada hasta en una treintena de veces, todas ellas con diferentes y variopintos argumentos. Desesperado llegó incluso un buen día a echarla a la papelera. Fue su mujer Thabita King, también escritora quien la acabaría rescatando animándole a seguir intentándolo de nuevo. Hoy a sus setenta y tres años de edad, Stephen King lleva más de trescientas cincuenta millones de copias vendidas entre todas sus novelas.

Y treinta rechazos fueron también los que un joven chino, Jack Ma acabaría recibiendo en su búsqueda de empleo, hasta que en 1999, decidiera fundar su propia empresa, Alibaba, para acabar por convertirlo, con el tiempo, en el hombre más rico de toda China.

Ese mismo año de 1999, Larry Page y Sergey Brin ofrecían al consejero delegado de Excite, George Bell, su buscador de internet por algo menos de un millón de dólares, ofrecimiento que este acabaría rehusando. Hoy en día, ese buscador, “Google” solo es superado en su valor bursátil por Apple, quien por cierto también fue testigo del rechazo que sufrió uno de sus propios fundadores Steve Jobs.

En 2009 dos jóvenes, Brian Acton y Jan Koum no eran admitidos tras realizar unas entrevistas de trabajo que facebook llevaba a cabo aquel mismo año. Años más tarde, facebook compraría WhatsApp (creada precisamente por Acton y Koum) por un valor estimado de veinte mil millones de dólares.

Sirvan pues, ejemplificativamente todos estos casos para poder llegar a entender que a veces un rechazo no tiene porqué ser siempre sinónimo de fracaso, sino considerado como una nueva oportunidad, e incluso a veces, como algo maravilloso.

Y es que no hay duda que -“El rechazo pone a prueba si de verdad tomas en serio tus sueños”-. [Tiyasha Ghosh].

Por nuestros sueños, Feliz año.

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