JUEGOS DE GUERRA

120212 de febrero……………y entonces sucedió que………………………………………….

……………….el resultado del informe solicitado por Churchill a su ministro de suministros, Harold McMillan, no podía ser más demoledor. Desde que Gran Bretaña había entrado en guerra contra la Alemania nazi, el 3 de septiembre de 1939, las importaciones de los productos y suministros transportados por los barcos mercantes británicos, habían descendido, en apenas dos años, casi hasta la mitad, por el efecto devastador de la presencia de submarinos alemanes (U-Boote) en el Atlántico, indetectables para los buques de guerra, que viajaban como escolta de las citadas embarcaciones, en lo que el primer ministro había venido a denominar, en marzo de 1941, como “la batalla del Atlántico”. De continuar aquel vertiginoso ritmo descendente, sus reservas de alimentos podrían peligrar hasta el punto de verse obligados a capitular, por lo que Winston Churchill, decidió darle prioridad absoluta a la guerra antisubmarina.

La Marina Real Inglesa (Royal Navy) empezó a formar, en secreto, desde el mes de enero de 1942 una Unidad Táctica de Guerra, la llamada W.A.T.U, “Unidad Táctica de Aproximaciones Occidentales”, compuesta inicialmente por diez mujeres elegidas por sus aptitudes sobresalientes en matemáticas y estadística bajo el mando del capitán Gilbert Roberts. La mencionada unidad, ubicada en el último piso de Derby House, un edificio en el centro de la ciudad de Liverpool, detrás del  ayuntamiento, en el 60 de Derby Road, nacía con una triple misión; Descubrir como operaban aquellos submarinos en alta mar, desarrollar contramedidas efectivas y diseñar nuevas tácticas de guerra para aquellos barcos que navegasen por el Atlántico.

Entre estas diez mujeres al servicio de la Marina Real, las llamadas Wrens (Women’s Royal Naval Service) destacaban la marinera Janet Okell y las oficiales Elizabeth Drake (dibujante), Nancy Wales (seleccionada por sus tácticas de juego en grupo al ser una excelente jugadora de hockey), Jean Laidlaw (Ranger del mar) y Laura Janet Howes (una mente portentosa para el cálculo matemático).

El capitán y sus oficiales Wrens revisaron los informes emitidos por los comandantes de las fragatas que acompañaban a los buques atacados para averiguar la manera de operar de aquellos submarinos, recreando aquellas batallas en una especie de “tablero de juego de guerra” al que pusieron el nombre en clave de “Búsqueda Beta”.

En el suelo de madera de una de las salas del último piso de la casa de la calle Derby se dibujó aquel tablero de juegos, conformado por unas líneas que se separaban unas de otras por unos veinticinco centímetros y medio (diez pulgadas) representando una milla náutica. Alrededor de este tablero confeccionado, con el fin de recrear al máximo las limitaciones reales de visibilidad existentes en alta mar se instalaron unas cabinas, cubiertas con unas lonas, provistas de unas mirillas donde se situarían los jugadores que controlaban los barcos (que realizaban la función de escolta de los buques mercantes) y que en consecuencia solo podrían visionar el tablero a través de aquellas rejillas de observación.

Los jugadores que controlan los submarinos por el contrario no tendrían restricciones de visibilidad alguna, pudiendo ver en el tablero completo, con absoluta libertad, el posicionamiento de unas pequeñas figuras de madera en representación de los barcos y de los submarinos, así como sus rutas de movimiento, llevadas a cabo por ambos durante la partida, señalando con tiza de color verde las de los submarinos (un color que sobre el marrón de la madera oscura no era apenas perceptible desde las cabinas situadas en los laterales) y de color blanco para la de los barcos.

Trasladados sobre aquel tapete los ataques perpetrados se tuvo un mejor conocimiento de los movimientos estratégicos realizados por aquellos submarinos. La mayoría de las acometidas habían sido realizadas por la noche, aprovechando las horas de menor visibilidad, para infiltrarse por la popa del convoy (la parte posterior) colocándose en la superficie, en medio de estos, pasando a utilizar los motores diésel, en lugar de las baterías de plomo, y así, camuflados entre ellos, sin poder ser distinguidos en los radares de los otros barcos, atacaban utilizando torpedos de corto alcance. Una vez realizado el lanzamiento, volvían a sumergirse aprovechando la propulsión ofrecida por las baterías saliendo de aquel lugar, de nuevo por la popa.

El capitán Roberts y sus oficiales determinaron, en base a dicha información, realizar movimientos estratégicos diferentes hasta entonces, de tal forma que cuando un barco fuese torpedeado los buques escolta, situados en la retaguardia de la expedición, deberían retroceder su posicionamiento de manera conjunta formando una línea cerrada detrás de aquel convoy para proceder a rastrear el submarino mediante el uso del sonar, lanzando cargas de profundidad en cuanto este fuese detectado. Por su parte los barcos en cabeza realizarían maniobras de movimiento envolvente zigzagueante. Fue Jean Laidlaw quien pondría el nombre de Raspberry (Frambuesa) a esta maniobra defensiva.

El 12 de febrero, de un día como hoy, de 1942, daba comienzo la formación del primer grupo de oficiales británicos en esta unidad de reciente creación. Toda la información recibida era plasmada en partidas de “juegos de guerra” de unos dos minutos aproximadamente de duración, en la que los oficiales instruidos, al término de las mismas, podían observar la batalla completa, estudiando las huellas de color verde dejadas por los submarinos, y así poder contrastarlas con las blancas de sus propios barcos, comprobando si habían cometido algún error, o si habían tenido éxito hundiendo algún submarino.

El almirante de la marina Max Horton, nombrado comandante en jefe de aquella unidad de Aproximaciones Occidentales, siendo probablemente uno de los más escépticos del sistema empleado por aquella unidad táctica, al tratarse este, aparentemente, de un simple juego, decidía comprobar su eficacia participando como comandante de un submarino. El capitán seleccionaba a la más joven y de menor graduación de todas las integrantes de aquella unidad, la marinera Okell como su contrincante, situándola en el interior de una de las cabinas laterales. De las cinco partidas jugadas, Janet Okell se imponía al comandante en todas y cada una de ellas.

Comprobando la efectividad de aquel método en escenarios reales Horton conminaba su uso mandando incluirlo en las órdenes de toda la flota.

Desde aquel mes de febrero hasta la última semana de julio de 1945 fueron formados en aquella unidad cerca de cincuenta mil oficiales.

En mayo de 1943, el almirante alemán Karl Doenitz ordenaba a los submarinos que se retiraran del Atlántico.

–“Juega por más de lo que te puedes permitir perder, solo entonces aprenderás el juego” – (Winston Churchill).

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