HOY HACE NOVENTA AÑOS…

1octubre21

1 de octubre…………………….y entonces sucedió que…………………………………

………….en las elecciones para Cortes Constituyentes, celebradas el domingo 28 de  junio de 1931, habiéndoles sido reconocido a las mujeres mayores de veintitrés años el derecho al sufragio pasivo, de los cuatrocientos setenta escaños, que configuraban el Congreso de los diputados, tres eran mujeres. Victoria Kent del Partido Republicano Radical Socialista, la primera mujer inscrita, en 1925, en el Colegio de Abogados de Madrid (la segunda en España, tras Ascensión Chirivella, que lo había hecho tres años antes, en el de la ciudad de Valencia), Clara Campoamor, diputada por Madrid, por el Partido Radical, la segunda en inscribirse en el mismo colegio de letrados de la capital y Margarita Nelken, del Partido Socialista.

El 1 de octubre, de un día como hoy, de hace noventa años, se debatía, entre otras cuestiones, la redacción del artículo 36 de la nueva Constitución en el que, el asunto de fondo a tratar, giraba, desde la sesión del día anterior, en el reconocimiento y su consiguiente aprobación del derecho al voto femenino. No se sostenía en pie reconocer la posibilidad a la mujer de ser elegida en el panorama político y sin embargo no poder ejercitar, como el hombre, su derecho al voto.

A las cinco menos veinte de la tarde daba comienzo una tensa sesión en el hemiciclo con el bloque de la izquierda dividido, temeroso y desconfiado de otorgarle el voto a la mujer, influenciada, según algunos señalaban, por la sacristía, la misa y el confesionario. En esta misma línea argumentaria se encontraba el diputado del Partido Radical, José Álvarez Boylla, que le otorgaba el máximo de los respetos a la mujer, como madre y educadora de sus hijos, pero no como “figura política” a la que acusaba de ser “arcaica, refractaria y retrógrada”, claramente manipulable por un sacerdocio de derechas en su gran mayoría.

En el transcurso de aquel debate suscitado el diputado por la circunscripción de Soria por el Partido Republicano Federal, Manuel Hilario Ayuso proponía incluso para poder ejercer este derecho, establecer una edad de veintitrés años para los varones y de cuarenta cinco para las mujeres, con el  revuelo consiguiente que tal diferencia de edad suscitaría entre sus señorías.

Roberto Novoa Santos, de la Federación Republicana Gallega, haciendo uso de la palabra defendía no conceder el derecho al sufragio femenino y ni siquiera otorgarle los mismos derechos políticos que al hombre, señalando que la mujer es toda ella “pasión, emoción y sensibilidad”, cuestionando incluso el destino de la República en un futuro muy próximo si se le acabase de conceder ese derecho a las mujeres.

Curiosamente de las tres diputadas, dos de ellas, acabarían centrando la mayor parte del debate, Victoria Kent y Clara Campoamor, con propuestas bien diferenciadas.

Mientras que Victoria Kent proponía posponer el derecho al sufragio femenino hasta que esta alcanzase mayor concienciación, pensando que aquel “no era el momento conveniente” de conceder el voto a las mujeres, aunque defender aquello supusiera, tal y como confesaba, —“renunciar a sus ideales”—, Clara Campoamor por el contrario defendía que aquel era “justo el momento preciso”.

A pesar de la firme oposición de radicales y radicales socialistas, la Cámara acordaría conceder finalmente el voto a la mujer contando con el apoyo de las derechas, catalanes, progresistas, agrupación al servicio de la república y los socialistas (exceptuando a Indalecio Prieto, que disconforme con la decisión adoptada por su propio partido abandonaba la Cámara), con 161 votos a favor, 121 en contra y 188 abstenciones.

De esta forma quedaba redactado el artículo 36 de la Constitución con el siguiente texto, —“Los ciudadanos, de uno y otro sexo, mayores de veintitrés años tendrán los mismos derechos electorales conforme determinen las leyes”—.

Un derecho que finalmente acabaría siendo ejercido por las mujeres españolas en las elecciones del 19 de noviembre de 1933.

Dando así la confirmación de lo que una tarde de un día como hoy de hace noventa años Clara Campoamor advirtiera en sede parlamentaria;

 “Resolved lo que queráis, pero afrontando la responsabilidad de dar entrada a esa mitad de género humano en política para que sea cosa de dos”—.

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