EMIL Y XAVER-

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21 de abril…………………………..y entonces sucedió que……………………………

…………contaba Guillem Clua, escritor, dramaturgo, director y tuitero en su cuenta https://twitter.com/guillemclua esta bonita historia sobre un viaje que había realizado allá por el mes de noviembre de 2018 por la región rumana de Transilvania, atraído principalmente por querer saber algo más sobre el mítico Drácula, Vlad Tepes, nacido en Sighișoara y su intención de visitar, posteriormente, su mítico “Castillo de Bran”, a escasos 140 km de allí.

Curioseando por sus calles y tras andar por unas más que pronunciadas escaleras de madera totalmente cubiertas, llegaba al punto más alto de la ciudad, donde se encuentra la Iglesia de la Colina (Biserica din deal) y junto a la que hay un pequeño cementerio alemán, donde están enterrados un grupo de soldados, víctimas de la Primera Guerra Mundial, pertenecientes al Imperio Austro-Húngaro.

Treinta tumbas, colocadas simétricamente, cubiertas por la nieve y a las que sin saber muy bien por qué extraña razón comenzaba a leer los nombres de sus ocupantes; Otto Loffer, Georg Rossen, algunos incluso le parecen bellos y musicales, como el de Joachim Beaux, y de pronto, sobre todas aquellas lápidas, una llama poderosamente su atención, una en la que  puede leerse el nombre de dos soldados, Emil Müler y Xaver Sumer, juntos en la misma tumba.

Emil Müler fallecido en 1916 y Xaver Sumer en septiembre de 1917, y de pronto todo su instinto investigador se activa deseando averiguar el porqué aquellos dos soldados estaban enterrados juntos, aunque su instinto le hace presagiar que si no eran familia, habrían sido pareja.

Tras hacerle una foto con el móvil a aquella sepultura se dirige de regreso a la Iglesia para intentar que alguien pueda responderle sobre aquel asunto. Hay una mujer en las  taquillas que dan acceso al interior de la misma, a la que mostrándole la foto le pregunta, como buenamente puede, si sabe por qué están enterrados juntos, a lo que ella, solamente contesta “prieteni” (que en rumano significa, “amigos”).

Sí, claro, prieteni, pero, ¿qué clase de amigos?, -le pregunta- y ella contesta “prieteni speciali” (amigos especiales). Conmovido por aquella historia y su posible desenlace final tras intentar obtener algo más de información, la mujer le aconseja acudir al museo de la ciudad, el de la Torre del Reloj (en la calle Turnului), y donde, para su sorpresa, encontrará fotografías de algunos soldados, y algo más de información sobre la familia de Emil, pero ni rastro de Xaver.

Los Müler eran una familia procedente de la localidad alemana de Bissingen, tenían dos hijos, Adolf, el mayor y Emil, que fue enviado a Múnich a estudiar medicina, pero que tuvo que interrumpir sus estudios para incorporarse al ejército al estallar la guerra.

El encargado del museo le dice que si quiere saber algo más sobre los Müler debería buscar a la nieta de Adolf (el hermano mayor de Emil), que todavía vive en el pueblo, llamada Dorothea Taschler. No le resulta difícil encontrar su domicilio, donde se presentaba disculpándose, sin ánimo de molestar o importunar. Ella es hija de Helmut Taschler y Maria Müler (hija de Adolf, la sobrina de Emil). Le cuenta que Xaver y Emil iban juntos al instituto. En su casa no se habló mucho sobre aquello. Quizás el haber ido a la guerra, Emil defendiendo posiciones transilvanas contra Serbia y Xaver destinado en el  frente de Varsovia, con su trágico desenlace final, no dio pie a hablar mucho sobre ellos.

Dorothea le muestra la única fotografía que conserva de su tío abuelo que aparece junto a Xaver y un amigo, muy buen amigo, que dice que fue en los años 50 alcalde de allí, Hermann Balan, y cuya nieta, Alina es amiga suya. Preguntándole si sería tan amable de ponerle en contacto con ella, esta accede sin demora a ello, logrando reunirse con aquella esa misma mañana.

Alina empezaba contándole todo lo que sabía. -«Mi abuelo, Hermann, era muy amigo de los dos, de Xaver y Emil. Los tres iban juntos al instituto. Eran inseparables. Pero mi abuelo se dio cuenta que la amistad entre aquellos era “más especial”, dejándole en ocasiones, de lado, por lo que, algunos años más tarde, creyendo descubrir el verdadero motivo decidía contárselo al padre de Emil, que sin querer saber más de aquel asunto, determinaba poner tierra de por medio, enviando a su hijo a estudiar medicina a Múnich»-.

La guerra trastocaría los planes de millones de personas, y entre ellas la de Emil y Xaver. Emil regresaba herido, y cuando Xaver se enteró de ello movió cielo y tierra para poder verlo antes de morir. Su reemplazo no llegaría hasta meses más tarde, y cuando por fin pudo Xaver ver a Emil, todavía postrado en cama, el señor Müler se opuso a ello no dejándole entrar.

Xaver acudiría, todos los días, bajo la ventana de la habitación donde estaba Emil, esperando que aquel se asomase en algún momento para poder verlo una última vez. Le escribió una carta, pero fue interceptada por el padre de Emil que no quiso entregársela a su hijo.

Mi abuelo, -continuó Alina-, se encontró una tarde a Xaver en aquella calle a la que seguía acudiendo todos los días. Viéndolo allí, se le rompió el corazón. Le confesó que él era el responsable de aquello, el que le había contado todo al padre de Emil. Tratando de arreglarlo, sintiéndose culpable, subió a casa de los Müler, pidiéndoles que permitieran acceder a su amigo, que estaba allí, pero fue un ruego en vano,  no aceptando y devolviéndole la carta que aquel había escrito para que se la entregara. Carta que mi abuelo guardó y al día siguiente repitiendo la visita se la leyó en voz baja a Emil. Una carta que decía así;

-“Mi querido Emil; Tus padres no me permiten verte. Recurro a estas líneas para escribirte lo que hasta ahora no he sido capaz de decirte. Te quiero, sí, Emil, te quiero. Nos han intentado demostrar que esto no era amor real, pero vaya si lo era. Lo que tú y yo hemos tenido es el amor más verdadero que he sentido jamás. Por eso no quiero perderte sin decírtelo. Te quiero, desde el primer día que entramos en el instituto y nos escapamos al cementerio a fumar un cigarrillo. Te quiero, desde el día que me calentaste las manos con tu aliento porque yo había perdido mis guantes. Te quiero, desde ese beso en el establo de los Sander. Te quiero tanto, que la idea de volver a verte ha sido lo único que me ha mantenido vivo en las trincheras polacas. Por eso hace meses que estoy bajo tu ventana, para poder verte una vez más, aunque solo fuera por un instante. Siempre tuyo, Xaver»-.

Tras leerle la carta, Emil, con gran esfuerzo pidió ayuda a mi abuelo para acercarse a la ventana. Allí se vieron a través de aquel cristal, y Emil mirándole a los ojos le dijo, “te quiero”.

Esa noche, 12 de diciembre de 1916, Emil fallecía. Tenía veintidós años. Y Alina señalaba un cuadro que presidia aquella estancia, firmado por Xaver, con el título de  “El cuarto de Emil”, y en el que se podía apreciar a Emil asomado a la ventana con el brazo en alto saludando. Un cuadro, que mi abuelo conservó con mucho cariño.

Xaver regresaba al frente, falleciendo nueve meses más tarde, en septiembre de 1917. Hermann Balan una vez elegido alcalde de la ciudad sintiéndose todavía culpable removería todos los cementerios para encontrar el cuerpo sin vida de Xaver, que localizaba en Oradea, a 300 km de allí, solicitando su traslado y erigiendo un cementerio Sajón (alemán) para honrar aquellas víctimas, logrando del padre de Emil, que aceptase que ambos compartieran aquel nicho para su descanso eterno.

El 21 de abril, de un día como hoy, de 2005, el Congreso de los diputados de España, aprobaba el proyecto de ley del matrimonio para personas del mismo sexo (futura ley de 2 de julio de ese mismo año), siendo tras Países Bajos y Bélgica, el tercer país del mundo en legalizarlo. Aceptando aquellos enlaces con naturalidad.

De esta preciosa y conmovedora historia de la que podríamos decir que;

-“Los prejuicios les distanció, la guerra les separó, y la muerte….la muerte les unió”-.

PD.- Para responder a las posibles preguntas que pudieran suscitar esta historia de amor, el propio Guillem lo hace en su cuenta https://guillemclua.com/comunicado-sobre-el-hilo-de-twitter-emilyxaver/

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